"Si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, morimos para el Señor" (Rom 14,8) ¿Qué significa proclamar en el día del Señor esta frase de la carta a los Romanos? Pues que lo primero, último y definitivo de nuestra vida se nutre de la relación que tengamos con Dios. Frente a nuestras reacciones primarias que delatan nuestra pobre y débil humanidad, frente a nuestra sed de poder, venganza y placer, las cuales acaparan gran parte de nuestra existencia, se puede vivir en Dios de una manera diferente y sobrenatural.